Luz Adriana Mantilla
Para iniciar la conversación, apuntaré en primer lugar al Acto de Fundación de 1964, en el que el cartel constituye una experiencia novedosa; Lacan al introducir el cartel en la fundación de su Escuela, inaugura como dispositivo para el trabajo, algo nuevo dentro de las sociedades psicoanalíticas. El cartel queda entonces instituido como acto, punto que volverá a destacarse en el Cierre de las Jornadas de Carteles de la Escuela Freudiana de París en 1975, introducido por Juan David Nasio en una de las sesiones.
En tanto dispositivo para el trabajo, el cartel, inscribe a los miembros como “trabajadores decididos”. (1) característica que hace de todos sus miembros iguales frente al trabajo. Pero hay que decir también, que dicho trabajo no es cualquiera, sino que se inscribe a nombre propio. A partir de allí, en esta inscripción a nombre propio que se despliega del trabajo, encuentro una vía para empezar a ubicar algo de la singularidad necesaria en el cartel, dicho trabajo, además, se enuncia en una comunidad en la cual se hace lazo. La enunciación de cada uno a partir de esa experiencia singular de trabajo, me plantea inmediatamente la pregunta: ¿qué enunciación es esta?
En el Acto de Fundación, el cartel es, ante todo, un requisito de admisión a la Escuela planteado en ese momento por Lacan, y que refiere de la siguiente manera: “los que vengan a esta Escuela se comprometerán a cumplir una tarea que será sometida a control interno y externo”. (2) Se apunta a una tarea que no es más que un proyecto de trabajo individual enlazado a la Escuela, y que además es sometida a un control interno y externo, de modo que es un trabajo que debe sostenerse de alguna manera. En varios momentos en el Cierre de jornadas de carteles de 1975, se plantea también, que se hace necesario un trabajo y un producto que pueda extraerse del cartel; pero no pretendo detenerme hoy en articular a qué se le llama trabajo en un cartel, o incluso qué consecuencias tiene el producto y el saber que de allí se extrae, esto quizás será motivo de otros encuentros en este seminario; prefiero, tomar este significante trabajo, para subrayar como dije, que se inscribe a nombre propio, también, que se sostiene en el tiempo. Luego Lacan se referirá a un trabajo de “elaboración sostenida en un pequeño grupo.” Como señala Miller en El Cartel en el mundo (3), no es por medio de seminarios o conferencias como Lacan propone entonces trabajar en la Escuela, sino es por medio del cartel.
Este punto es resaltado por Lacan cuando diferencia el cartel de la comunidad religiosa, en la que hay un sin límite de personas, apuntando allí, a la importancia del pequeño grupo: “hay algún lazo con el hecho de que cada uno lleva en ese pequeño grupo, su nombre.” (4) Como lo entiendo, este pequeño grupo va en contra del anonimato, empuja a la enunciación de una pregunta que podría conducir al rasgo. Aunque, por un lado, no hay garantía que el pequeño grupo implique la enunciación, quizás anima a que cada elemento cuente. En ese sentido, la enunciación del rasgo, es un elemento importante cuando se trata de pensar la singularidad de la cual se trata en un cartel.
Por otro lado, el trabajo hace referencia a lo que se “expone” (5) donde se lo expone como Huguette Menard lo menciona en otra sesión del Cierre de Jornadas de 1975. Exponer el trabajo me conduce a citar a Miller en el Banquete de los analistas, cuando plantea este pasaje del saber supuesto al saber expuesto, indicando que el deseo de saber es aquello que: “se tiene que saber bajo la forma del trabajo, no por la adivinación, ni por la buena naturaleza, ni por la inspiración, sino a partir de dar pruebas; es decir de lo que tengo que demostrar.” (6) Esta precisión articula el trabajo con el hecho de dar pruebas, de demostrar, y la demostración es relativa al acto. Aunque en la cita extraída, Miller apunta al pase, se puede pensar, que algo del acto con el cual Lacan funda su escuela, constituye al órgano mismo, a este dispositivo propuesto para dispensar una formación por medio de lo que se llama rasgo en un cartel, ya que tanto pase como cartel son dispositivos centrales en la Escuela.
Entonces en mi lectura, el acto queda articulado en el cartel a la enunciación, pues el rasgo pretende ser enunciado; como planteaba Mauricio Tarrap en una conversación de la Nel el año pasado sobre Escuela, Cartel y Pase: “No existe enunciación colectiva, en el cartel es un dispositivo para preservar eso” (7) la enunciación, parte de una X desde la cual se intenta construir un saber, pero sobre todo, es una X que vale por su diferencia absoluta, como indica Lacan.
Clara María Holguin plantea, en un escrito para A ritmo propio, El Uno que orienta el dispositivo del cartel lo siguiente: “se puede decir que se propone a cada uno entrar a la Escuela partir del rasgo (sea el dispositivo del cartel o del pase) que constituye la soledad subjetiva de cada uno…” (8) Esta soledad del rasgo que puede pensarse como una lógica sin Otro, pero que en la Escuela sabemos es también con otros ¿no remite en sí misma al acto? Por otra parte, esta soledad de la que se habló en el último encuentro, en la que se subrayó, con ese Fundo de Lacan, al uno por uno, me conduce a la función del más-uno, también discutida, para resaltar el valor de uno por uno que esta función preserva por medio del rasgo; función que apunta precisamente a lo que es más singular en cada uno: el síntoma.
Es así como el cartel, queda instaurado como acto, no sólo el acto de Lacan, sino que constituye junto a la Escuela una experiencia en la cual podría pensarse que lo nuevo a instaurar es el propio acto, en ese valor de diferencia que se preserva, un valor de síntoma. Si se subraya la palabra “experiencia” bajo la cual se inscribe la Escuela y el cartel, es precisamente porque implica que la elaboración de saber en un cartel “es inseparable de las condiciones en que se produjo” (9) como lo plantea Ran Mandil, en una conversación sobre Escuela, Cartel y Pase el año pasado 2020. Es decir, que, aunque se trata de formular un proyecto de trabajo, una investigación epistémica, esta es inseparable de lo que hasta el momento se ha logrado cernir de su propia experiencia, desde allí, algo podría enunciarse para cada uno.
Miller indica en el Banquete de los analistas que la invitación de Lacan es: “a quienes psicoanalistas o no se interesan por el psicoanálisis en acto.” Pero el acto, indica también Miller, en Política lacaniana: “es un acto sin memoria”, es decir, que se pone a prueba cada vez, o vez por vez.
Enunciación y acto conciernen de alguna manera a lo que podría inscribirse a nombre propio, se encuentra como indica Miller, bajo la promesa de este “trabajo por hacer” (9), no del trabajo ya hecho, sino en el horizonte, el de la demostración. Para cerrar, dejo dos citas de Lacan que corresponden a dos momentos, en las que el acto tiene relevancia como pregunta o como invitación. La primera corresponde a la cuarta sesión del Cierre de Jornadas de carteles de 1975 en la que Lacan se formula la siguiente pregunta: “¿es suficiente ilustrar un nudo – y solo se ilustra en un plano – para que sea la demostración? La demostración ciertamente, pero la demostración, ¿donde reside? Es ella el verdadero soporte de la mostración?” (10) La segunda cita, corresponde más explícitamente al acto, en el seminario de la Disolución, en la clase: Carta al Diario «Lle Monde» en la que dice: “Sí, el psicoanalista tiene horror de su acto. Esto al punto de que lo niega, y deniega, y reniega {…} Que los psicoanalistas no lloren aquello de lo que los alivio. La experiencia, yo no la abandono. El acto, les doy la oportunidad de hacerle frente.” (11)
Referencias:
- Lacan, J., “Acto de fundación”, Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2018, p. 250
- Idem.
- Miller, J-A., “El cartel en el mundo” https://www.wapol.org/es/las_escuelas/TemplateImpresion.asp?intPublicacion=10&intEdicion=3&intIdiomaPublicacion=1&intArticulo=293&intIdiomaArticulo=1
- “Jornadas de Carteles en la Escuela Freudiana de París. 12 y 13 de abril de 1975” http://www.escuelafreudiana-arg.org/uploads/carteles_textos/3838ece87a0c37811bbc6286725ec50f30c79582.pdf
- Idem.
- Miller, J-A., “Transferencia de trabajo” El Banquete de los analistas, Paidos, Buenos Aires, 2010, p.193.
- Tarrap, M., Conversación de la Nel Escuela, Cartel y Pase, vía Zoom, 2020.
- Holguín, C., “El Uno que orienta el dispositivo del cartel”. http://www.nel-amp.org/index.php?file=Carteles/Boletin-de-carteles/021/Productos-de-carteles/El-Uno-que-orienta-el-dispositivo-del-cartel.html
- Mandil, R., Conversación de la Nel Escuela, Cartel y Pase, vía Zoom, 2020.
- “Jornadas de Carteles en la Escuela Freudiana de París. 12 y 13 de abril de 1975” http://www.escuelafreudiana-arg.org/uploads/carteles_textos/3838ece87a0c37811bbc6286725ec50f30c79582.pdf
- Lacan, J., “El Otro falta. Seminario del 15 de enero de 1980”, p. 25