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La práctica lacaniana: Una orientación por lo real

Laura Arciniegas S.

“Hay una experincia de lo real, por falta de un discurso acerca de él”, es lo que plantea J. A. Miller en su texto “La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica”, texto eje en el trabajo de este cartel y del que me sirvo para la presente elaboración. Advertidos de la paradoja que implica intentar plantear una noción de real, por la articulación significante en que quedaría presa, queda intenar dar cuenta de esa experiencia. 

Lo que se denomina real se presenta insistentemente en la práctica analítica al punto de sostener que no hay clínica sin real. Lo real, es lo que Lacan eligió para definir la clínica misma: hay clínica cuando hay un real. Tampoco hay clínica sin ética, pero una no desmiente a la otra. Si el incs es ético es porque es relativo al deseo. Lacan requirió ubicar otra dimensión, la del incs real, para ubicar que la clínica refiere a un real como imposible de soportar. El estatuto de lo real va más allá del deseo.

¿Cómo se presenta ese “imposible” del lado del analizante y también del lado del analista? 

¿En que se sostiene la afirmación de la primacía en el análisis de lo real sobre lo verdadero? Expresión de los límites del lenguaje, donde, -como sabemos-, el psicoanálisis se instaló con Lacan, se puede constatar que a medida que las acciones de la verdad bajan, se introducen en su enseñanza las acciones de lo real, algo de lo que los testimonios de AE, intentan dar cuenta en un final del análisis. 

Miller, ha hecho de lo real una pregunta clínica de la cual se deduce una práctica. Una práctica que se orienta por lo real, desde el inicio, durante y al final de una experiencia requiere dar cuenta de ello, en unas entrevistas preliminares, en una entrada en análisis, durante o en un final. Contemplar los fallos, los impases, las maneras de perturbar la defensa, punto central en esta orientación, son cuestiones que hacen a la práctica, incluso en pandemia. 

Perturbar la defensa se plantea en esta orientación como pivote central en la dirección de la cura, dado que esa “es la matriz misma de la operación analítica”. Efectivamente perturbar no es lo mismo que interpretar, que descifrar. Esta dirección privilegia lo real sobre el semblante, considerando que “la defensa califica la relación inaugural del sujeto con lo real” y que el psicoanálisis “es una excepción capaz de perturbar en el sujeto la defensa contra lo real”. Pero ello precisa hacerse de la buena manera. De hecho, en psicoanálisis se trata de apuntar a otro terreno que el de lo reprimido, y a esta zona de defensa no le conviene el termino de interpretación, si la entendemos sólo con lo que conlleva efectos de sentido y efectos de verdad. Es necesario resituarla, resaltando otra dimensión. 

Se trata de poder leer aquello que “es más fuerte que yo”, o que “no puedo dejar de”, constatando la permanencia del sintoma, más allá de la novela familiar edípica que habrá necesariamente que desplegarse. Orientarnos por un sesgo, a traves de aquello que aparece como una constante dentro de la movilidad del discurso del analizante. Aquello que insiste, permanece, itera.

LEER, UN ASUNTO DE ESCRITURA

Esta orientación, ¡no es sin consecuencias! ¿Cómo operan los análisis que conducimos? ¿dónde está ese real para cada uno? Leer y escribir atraviesan el corazón mismo de la operación analítica. La dimensión de lo escrito al que aquí hacemos referencia, designa aquello que resiste a la comprensión, y precisa un saber leer, en el devenir de la experiencia. Entonces vale la pregunta, ¿cómo se analiza hoy? Nuestra práctica llega hoy más lejos, más allá del punto donde llegaba Freud. ¿Pasamos por el desciframiento? seguro, en algunos momentos, pero apuntamos, a circunscribir ese imposible, incurable, a bordearlo, a indicarlo. 

Saber leer apunta a esa conmoción inicial del encuentro entre el significante y el cuerpo. Es una de las tesis centrales del texto de Miller titulado “Leer un Sintoma” (2011) que tomó lugar central en nuestro cartel. “Implica vaciar de sentido, para apuntar a la materialidad de la escritura”. Para ello hay que pasar por la dialéctica del deseo, por los espejismos de la verdad mentirosa, atravezar el fantasma, apuntar a la fijeza del goce, y la opacidad de lo real. Orientarse desde el inicio, a leer, implica, -mejor aún-, requiere de un analista cuya formación se produce fundamentalmente de llevar el análisis propio hasta sus últimas consecuencias, hasta su final, lo que implica dar cuenta de cómo se llevó a cabo el pasaje de analizante a analista. 

Se trata también de la presencia del deseo del analista y su acto que circula entre la escucha y la lectura. Una practica que se oriente más allá del sentido, implica la finura de operar con el corte. Una practica de la interpretación como lectura, podría decirse, implica no dar mas sentido,  privar al sintoma de sentido. No se trata solamente de puntuar, lo que en ocasiones hacemos, se trata de poder cernir y bordear ese real en juego en cada uno, que permita en una experiencia dar cuenta de lo más particular de cada uno, del sinthome. Un arreglárselas con ese incurable, y un producir ese deseo, único, irrepetible, el del analista, para hacer existir el psicoanálisis.

“La disciplina de la lectura apunta a la materialidad de la escritura, es decir la letra en tanto que produce el acontecimiento de goce  que determina la formación de los sintomas”, plantea J.A Miller y subraya: “La interpretación como saber leer,  apunta a reducir el síntoma como formula inicial, es decir al encuentro material de un significante y del cuerpo,… al choque puro del lenguaje sobre el cuerpo”. Lacan pasó de la escucha del sentido a la lectura del fuera de sentido. Un análisis implica ambas: la escucha y la lectura. Este es todo un campo para seguir trabajando y que dejo aquí esbozado. 

Finalmente, saber leer, -nos dice Miller- no va sin el bien decir. “El bien decir en el psicoanálisis no es nada sin el saber leer”. Están del lado del  analista pero se transfiere al analizante. ¡Esa es nuestra apuesta! ¡Cada vez!

Febrero 2022

Miller, J.A., “La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica”, Paidos, Buenos Aires, 2003

Miller, J.A., “Leer un sintoma”,  Presentación al termino del Congreso de la NLS,  2011