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El Realismo de Lacan.

Clara Maria Holguin

Una práctica orientada por lo real fue el eje del trabajo en el cartel que por un año constituimos en la Sede. El rasgo escogido, ¿qué orientación es lo real? permitió interrogar el realismo lacaniano y sus consecuencias en la práctica.

El realismo lacaniano puede ser ubicado a lo largo de toda la enseñanza de Lacan, tanto para dar cuenta de la orientación política como de la orientación en la institución y en la práctica. Hace mención a este término en el año 47 en el texto Psiquiatría inglesa y la guerra, para dar cuenta de una posición política,  enfrentar los “oscuros poderes del superyó” y el modo de trabajo en pequeños grupos ( antecedentes del cartel); posteriormente en su texto “El psicoanálisis en sus relaciones con la realidad”, conferencia dictada unos meses después de la Proposición del pase del 67, diferencia realismo de realidad, y lo articula a la experiencia analítica y el fin de análisis por la vía del objeto a como verdad del deseo, pero será solo en el final de su enseñanza, donde va extremar su concepción realista, al situar la práctica analítica a nivel del “moterialismo” de la lengua para señalar que lo real que se impone en la práctica tiene como propiedad la ex sistencia. 

La ex sistencia significa salir, es decir, “ya no se está”. Se trata de una experiencia donde se atraviesa un límite y se pasa a otro espacio (n’espacio). La Ex sistencia es correlativo a una salida fuera de, lo excluido del sentido.

Si en un primer momento, Lacan toma el Otro como un dato de partida, existe el lenguaje y lo que es común, las reglas de parentesco y la constelación significante que compartimos los sujetos nacidos en una cultura donde se sitúa el icc, (es decir, las casualidades que empujan a diestra y siniestra, con las que constituimos nuestro destino), ahora se trata de vérselas con eso que resta de ese destino una vez se ha pulverizado la articulación escuchada, vérselas como eso que es lo más propio de cada uno, lo que no puede ser puesto en común y no se comparte. 

Este forzamiento produce una inversión. No se parte del Otro (A), del inconsciente de las reglas que encontró en la etnología un inconsciente social y por tanto de lo Universal, sino de lo que resta, lo más singular, es decir, de lo Uno, que pone en juego el cuerpo, no en tanto que imagen o falo, sino como acontecimiento de cuerpo, es decir el síntoma. 


¿De qué orientación se trata si pensamos que lo real tiene como propiedad lo que ex siste, aquello que está por fuera del lenguaje y de la ley, es decir, por fuera de los referentes simbólicos e imaginarios? 


Allí donde no hay Otro, hay Uno. Es el misterio del cuerpo hablante en tanto que anudamiento singular entre el cuerpo y el significante, que produce, más allá de una mortificación, un goce opaco.  Goce Uno. 

Si es el Uno del cuerpo, en tanto Uno del goce lo va a constituir nuestra orientación, se hace necesario re-pensar que el inconsciente –umbevusst – que se mantiene en el nivel del sentido, para incluir otra definición, une-bévue, que está a nivel del sonido. Más que razón, se trata de réson. El icc no se capta más que en la equivocación, cuando no tiene fuerza el sentido, en la falla de atención, donde ubicamos el moterialismo de lalengua.

Esta extraña brújula que no tiene como referencia al Otro, supone el agujero. Nos encontramos con un significante “solo” que no logra inscribirse. El agujero supone lo que ex siste, un significante fuera del Otro, una respuesta-escritura, sin garantía, que con Lacan nombramos Sinthome. Este agujero, que supone lo que ex-siste, es introducido -como se dijo- con la definición del inconsciente como un bévue, el error. El ser humano se engaña, se equivoca.

Orientación por lo real en la práctica.

No se trata de salir del campo significante y los efectos del lenguaje, sino más bien de servirnos del significante para hacer un tratamiento de él a través del discurso analítico, es decir,  introducir en lo que enuncia el significante, otra lectura que la que significa. 

Lacan va a operar a través del corte. Apuesta por la discontinuidad del significante, produciendo la disyunción entre el S1 y el S2 para aislar en el significante su estatuto de letra, el fuera de sentido.

El análisis se convierte entonces en la experiencia del Sujeto supuesto saber leer, y la sesión analítica en una unidad de tiempo marcada por el corte asemántico, el cual produce una lectura inédita, haciendo ex-sistir el texto del inconsciente.

Esta orientación nos pone en la vía de aprender a leer. Leer no lo que da cuenta de las significaciones y del embrollo del sentido, sino leer en el equívoco de los sonidos lo que surge y fluye en lalengua, para aislar el Uno del significante desparejado del otro y hacer vibrar las resonancias de lalengua sobre el cuerpo y vaciar los espejismos del ser.

Se trata de una lectura que permite arrancarnos del lenguaje y su orden para desplazarnos hacia lalengua, o sea hacia el lugar donde las huellas fuera de sentido dejaron las marcas en el cuerpo como letras de goce, letras que ex-sisten en el dicho, haciendo valer la materialidad de las palabras.


Es una orientación que nos lleva a destetarnos del sentido. Vaciamiento de sentido que permitiría, ubicar los puntos de repetición y extraer el goce anudado a estos significantes para abrir una vía del lado de la ex sistencia, hasta localizar, el significante Uno solo y así encontrar la salida del impasse freudiano respecto a la feminidad. Extraer el goce femenino de los espejismo ontológicos del ser que lo tenían prisionero en la lógica de lo universal.

Así, al contrario de orientarse por el sentido y la articulación, se trata de una experiencia que se orienta por la fuga de sentido hasta poder verificar que hay algo no inscrito. S(A/). Un real definido a través de lo imposible.

Esto implica como señala Estela Solano, “una manera diferente de escribir lo que se oye y transformar la operacion analitica en ejercicion de lectura, dando a lo sentido la consistencia de la estofa, de la materia , del hilo y de la cuerda sobre la cual se trabaja para aislar el Uno, el significante Uno solo, sin ninguna cara de sentido. A este precio se tiene la oportunidad de tocar lo real.”

Referencias Bibliográficas 

Miller, J.A., “La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica”, Paidos, Buenos Aires, 2003 

Miller, J.A., “Leer un sintoma”, Presentación al termino del Congreso de la NLS, 2011

Solano, Estela., “Tres segundo con lacan”. Ed. Grados,  España, 2021